Sevilla es una de las ciudades más importantes en la historia de España desde la Edad Antigua en que surgió un primer núcleo identificado con la cultura tartésica y que, tras su destrucción atribuida a los cartagineses, dio paso a la ciudad romana de Hispalis, junto a la que se construyó la colonia de Itálica. Durante el reinado visigodo alojó en algunas ocasiones la corte. En Al-Ándalus, tras la invasión musulmana, fue primero sede de una cora y después capital de un reino de taifas. En el año 844 fue saqueada por los vikingos que remontaron el río Guadalquivir. Aunque el emir de Córdoba fortaleció el sistema defensivo, los vikingos consiguieron entrar de nuevo en la ciudad en 859.
En 1248 se incorporó a la cristiana Corona de Castilla, al ser reconquistada bajo el reinado de Fernando III, quien fue el primer monarca en ser enterrado en la Catedral de Sevilla. A partir de entonces Sevilla, repoblada por la aristocracia castellana, como capital del Reino de Sevilla fue una de las ciudades con voto en cortes y alojó la corte itinerante en numerosas ocasiones. Durante la Baja Edad Media la ciudad, su puerto y su activa colonia de mercaderes genoveses se situaron en una posición periférica pero importante en el comercio internacional europeo.
El puerto de Indias, que en el siglo XVI albergaba un gran número de embarcaciones a lo largo del río Guadalquivir. Se observa al fondo la Giralda, a la izquierda el puente de barcas y a la derecha la Torre del Oro. Tras el descubrimiento de América en 1492, Sevilla se convirtió en el centro económico del Imperio español.
La arquitectura civil de Sevilla es de gran belleza y variedad. Debido a su importante papel a lo largo de la historia, se construyeron edificios tan relevantes como la Torre del Oro, Alcázar, Ayuntamiento, Archivo de Indias, Palacio de San Telmo, Fábrica de Tabacos, etc.
Merece la pena pasear por el barrio de Santa Cruz, antiguo barrio de la judería medieval ubicado en el casco histórico de Sevilla, es uno de los más emblemáticos y pintorescos de la ciudad. Con calles estrechas y sinuosas, sus casas de estilo sevillano tienen patios señoriales y balcones con barandillas de hierro forjado adornados con flores.
Hay numerosos museos en la cuidad, entre los que destacan: Museo de Bellas Artes, Museo Arqueológico. Museo de Artes y Costumbres Populares, Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, Archivo General de Indias, Casa de Pilatos, Palacio de la Condesa de Lebrija, Museo Catedralicio, Museo Naval, Museo Histórico Militar de Sevilla, Museo del Baile Flamenco, Museo Taurino y Plaza de Toros de la Real Maestranza de Caballería, Museo de Carruajes. Museo Basílica de la Macarena, Museo Casa de Murillo.
Enriquecida a lo largo de los siglos por la cantidad de pueblos que por aquí pasaron y por los productos de unas tierras fértiles, la tradición gastronómica sevillana tiene en la tapa a su mayor embajadora. 'Ir de tapeo' se convierte casi en una actividad obligatoria no sólo para conocer los platos típicos, también la cultura local.
Con influjos andalusíes e influencias mediterráneas, platos como los guisos en colorao, potajes o pucheros son representativos de esta tendencia. La huerta cobra protagonismo en platos como el gazpacho o salmorejo, muy típicos de esta zona de Andalucía. Por su parte, la tradición marinera tiene su fuerte en las distintas variedades de ''pescaíto frito'. Tortillas, paellas y productos ibéricos completan una oferta que en los últimos años ha estrechado lazos con la denominada 'alta gastronomía', incorporándose a la carta numerosas tapas de diseño y creativas.
Nuestra mision es ofrecer un servicio de hosteleria acorde con nuestras instalaciones, llenas de Tradición Sevillana, pero al mismo tiempo con el más alto nivel de profesionalidad, con el fin de satisfacer las necesidades de nuestros clientes.
